Érase una vez dos niños llamados Miguel y Mario. Un día fueron a la casa de los zombis. La puerta tenía un código que era Muerte.
Miguel adivinó el código y Mario abrió la puerta y aparecieron de repente zombis en la puerta. Mario tenía un hacha y le cortó la cabeza a un zombi pero apareció la nueva cabeza del zombi.
Una calabaza viviente le dio un porrazo a Miguel con un palo y Miguel se desmayó. A Mario le comieron el cerebro y Miguel se volvió a desmayar al ver que Mario no tenía cerebro. Luego a Mario le salió un nuevo cerebro y Miguel se despertó del desmayo y se fueron para su casa.
Desde ese día, en Halloween los zombis le comen el cerebro a todo el mundo.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán referirse al texto de la entrada, no entrarán en conflicto con las mejores normas de urbanidad y de lenguaje y serán firmados por la persona autora.