Su padre no le dejó que lo estrenara porque después de comer se tenía que poner a estudiar, y cuando se fue su padre al trabajo se puso la tele y no quiso estudiar.
El fin de semana, su padre voló el helicóptero y pegó un tortazo contra el suelo.
Quiso volarlo Pepito y se le enganchó en el árbol. Después de comer, se bajaron abajo a volarlo otra vez y con el viento el helicóptero le cayó sobre la cabeza.
Continuará...
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