Érase una vez un niño llamado Pedro que decidió irse de aventura. Entonces preparó su mochila, metió unos prismáticos, agua, un pico, una pala, comida y una tienda de campaña. Así empezó su aventura. Pedro empezó a caminar y vio que se le estaba haciendo de noche.
Decidió coger unas ramas, hierba seca y unas piedras. Empezó a chocar las piedras hasta que saltó una chispa y empezó a soplar, así tuvo fuego para que no viniera ningún depredador y mantenerse calentito esa noche. Antes de dormir se comió su bocadillo y bebió la mitad de la botella de agua. Al día siguiente fue a cazar porque se le había acabado la comida y se construyó una caña de pescar. Cogió un palo, una liana y con otro palo y una piedra hizo la punta. Entonces buscó un bicho para utilizarlo de cebo...
Continuará
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