Érase una vez una niña llamada Margarita que tenía unas ilusiones muy raras. Su padre le decía que era una gran "imaginadora" con muchas ilusiones.
Ella, siempre imaginaba muchas cosas: hadas demonios... Un día fue al parque y se encontró un niño que también tenía muchas ilusiones. Se llamaba Santiago y muchas "imaginaciones" las sacaba del "Principito" que le gustaba mucho. Margarita le
preguntó a Santiago:
- ¿Quieres ser mi amigo? Y él le contestó:
-Sí, vale.
Santiago invitó a Margarita a su casa a preparar unos cuentos y Margarita le contestó:
-Sí. Sus cuentos se trataban sobre: duendes, hadas, sirenas, demonios...
Cuando Margarita y Santiago se hicieron mayores siguieron escribiendo cuentos con tanta ilusión como cuando eran pequeños.
Margarita y Santiago le enseñaron a sus hijos sus 1.000 cuentos que hicieron de pequeños. Los padres de Margarita y Santiago se llamaban: el de Margarita se llamaba Samuel y el de Santiago se llamaba José.
Samuel y José también quedaron para hacer cuentos como sus hijos.
CONTINUARÁ
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