Érase una vez una noche de miedo que había una tormenta con rayos y truenos.
Un niño llamado Cristian, salió una noche a comprar huevos para su madre.
Tenía mucho frío y mucho miedo, era muy lejos y tenía que andar mucho.
Se encontró a un zombi y se asustó, el zombi lo llevó a su casa, tenía mucho miedo porque creía que lo iba a matar. Estaba llamando a su madre pero no le cogía el teléfono.
El zombi era malo y muy feo, tenía la camiseta llena de sangre y la cara. Lo metió en su cuarto y lo encerró con llave. Cristian tenía un cuchillo y rajó la puerta.
El zombi estaba cenando carne de perro y muslos de cerdo. Cristian intento no dar pasos muy fuertes, pero el zombi se dio cuenta. Lo cogió y lo llevo donde el zombi estaba, y le dio de su cena.
El zombi se fue a ducharse y Cristian se tuvo que duchar con él.
Entonces, el zombi se quedó dormido y Cristian se pudo escapar.
FIN
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