Érase una vez gemelas que eran muy bromistas.
Un día cuando fueron al colegio las dos gemelas gastaron muchas bromas a sus amigas.
Cuando era la hora del recreo, nadie quería jugar con las gemelas. Las dos gemelas lloraban hasta que dejaron de llorar. Fueron a hablar con una niña y le dijeron que si quería jugar con ellas y la niña le dijo que si pero si no le gastarían bromas. Las gemelas le dijeron a la niña que no le gastarían bromas, y al ida siguiente se la gastó.
En el recreo nadie quería jugar con las gemelas, y le dijeron a todos los niños y a todas las niñas si querían estar con ellas y todos dijeron que no.
Entonces vinieron y le perdonaron y nunca gastaron más bromas.
FIN
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