Érase una vez un niño que estaba paseando y se encontró una casa en llamas. Vio a un hombre en la casa.
El niño llamó a los bomberos y llegaron pero no podían apagarlo y el hombre estaba dentro pero un bombero entró para encontrarlo al hombre.
Había mucho humo y no veía nada.
Pero siguió hasta que lo vio y salieron.
El fuego no lo habían apagado y le quedaban dos mangueras y se las dieron al hombre y al niño y con las dos lo apagaron.
FIN
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