Érase una vez una niña llamada Nina. La niña era súper fea como su madre.
A su madre le decían la mujer que no tenía piel.
Era una familia muy fea. Tenía su casa con mil murciélagos volando en los cuartos. Nina no tenía piel porque su enemigo le tiró de la piel y le salió sangre. La llevaron al hospital de Jaén porque vivía allí y se tenía que quedar seis días.
El penúltimo día soñó que estaba en un hospital zombi y un zombi le dijo:
-Te voy a matar, te voy a matar, dice el zombi.
-¿Cómo has venido hasta aquí ? Y se quedó callada.
Nina vivía en un castillo negro. También a su madre llamada Quina le decían la bruja mala. Le decían la bruja porque en esos tiempos no había farmacia y ella inventaba cosas para que las tomasen. Era muy buena Quina. Y le dijeron la bruja buena. La gente pensaba que hacía pociones. Nina se fue a la casa de su amiga para siempre porque Quina no paraba de hacer medicinas y no dejaba a Nina en paz.
FIN
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